Tras la repentina desaparición de su hermano, Tessa Gray, una joven norteamericana, viaja a Londres para encontrarlo, pero allí es raptada por unas mujeres siniestras que se hacen llamar las Hermanas Oscuras. Según le cuentan, Tessa no es tan normal como ella cree y eso la hace imprescindible para el Club Pandemonion, un grupo secreto del que las secuestradoras forman parte. Sin embargo, pronto es rescatada por los Cazadores de Sombras y, con ellos, conocerá a Will, un joven sarcástico y de malos modales, y a Jem, un muchacho sensible y reservado, más misterioso de lo que parece.
Que Cassandra Clare está perdiendo ligeramente la razón al alargar por demás su tan famosa saga de fantasía no es ninguna novedad. Ya todos sabéis que a mí esto me está empezando a mosquear un poco, porque no estoy seguro hasta que punto los nefilim, demonios y demás criaturas sobrenaturales pueden llegar a ser rentables. Que sí, que la autora se maneja a las mil maravillas en este género tan complicado y sabe muy bien lo que se hace y cómo lo hace, pero opino que no es necesario dar más bombo a lo que ya debería haber acabado. Sin embargo, al igual que os digo esto, os confieso que, como fan absoluto que soy de sus historias, me es imposible no catar todo lo que llega directamente de su mano a las librerías, y más si ahora la trama se ambienta en una época tan fabulosa como es el siglo XIX. Nunca he sido un absoluto fan del pasado, pero últimamente me encuentro más agusto en novelas ambientadas en siglos anteriores que en el presente. ¡La realidad me abruma y yo leo para evadirme de ella! Por eso confiaba en que este primer título de Los Orígenes contendría todos los ingredientes para que me encantase tanto, o más, que su los Cazadores del siglo XXI. Y Clare no sólo no me defraudó, sino que, además, lo hizo a lo grande, regalándome una historia más compleja que la anterior y mejor situada: Londres durante la etapa isabelina es lo mejor que puedes encontrarte jamás.
Las tramas que en Ángel Mecánico se desarrollan me parecieron más maduras y mejor desarrolladas que las que leímos al principio. Aquí todo tiene unos toques más adultos y sangrientos y, la verdad, se agradece muchísimo. Nos encontramos ante un libro en el cual no pasas un sólo capítulo sin sorprenderte por algún secreto oculto que sale a la luz o por un misterio que te hace comerte hasta las uñas de los pies. La acción se respira en cada página, haciéndote llorar, reír o gritar de la emoción. Todo esto, claro está, no sería posible sin la pluma tan buena que tiene la autora, muy sencilla y directa, pero muy descriptiva e imaginativa. Ambienta perfectamente la novela en un Londres muy desconocido y oscuro, al tiempo que cambia ciertas cosas para que encajen con el resto de tramas. Realmente me sentía en algunas ocasiones un auténtico habitante de capa y sombrero que deambula por las calles frías viendo los carruajes pasar. Todo, los personajes, los lugares, los pensamientos y las emociones me parecieron las reales de aquel entonces. Me encantaban las escenas donde se describían las prendas que llevaban o los temas que se trataban en aquellos tiempos. Aprendí varias cosas al mismo tiempo que devoraba página tras páginas para averiguar porqué el malo de la historia hacía lo que hacía. Es más, el hecho de conocer más sobre el mundo de los Cazadores de Sombras en sus orígenes y de saber más sobre el pasado de ciertos personajes que también aparecen en los Cazadores de Brooklyn es lo que, sin duda, más resaltaría de esta deliciosa lectura.
Los personajes me parecieron sublimes, aunque reconozco que no llegan a hacerles sombra a Jace, Alec, Simon, Isabelle y compañía (no, Clary, tú no). Es cierto que Clare repite los mismos esquemas de caracteres de antes: está el sarcástico y maleducado (Will), el introvertido (Jem), la Cazadora nata que no se amedrenta ante nadie (Jessamine) y así hasta completar un largo etcétera. No obstante, el toque que les da ser ciudadanos de un Londres isabelino les otorga ese puntito de glamour y sotisficación que me encanta. A destacar podría considerar la figura de Jessamine, que es así como la Isabelle antigua. Como sabéis, este personaje es mi favorito de toda la saga, junto a Simon, y en Los Orígenes he encontrado su personalidad en la figura de una nefilim fuerte, algo ruda y cabezota, pero en cuyo interior guarda una sensibilidad increíbles. Con ellos es fácil perderse entre las páginas del libro y descubrir juntos todo lo que va aconteciendo a lo largo de la lectura hasta llegar el final, que, aunque para mi gusto es algo cortante (a mi parecer la autora cortó con un hacha la historia), te deja con unas ganas inmensas de seguir con sus continuaciones. Así que, si aún no habéis leído los orígenes de los Cazadores de Sombras, no lo dudéis ni un segundo más y embarcaros en una historia fresca, original y muy de época.
5/5
Adoro a Cassandra Clare. La saga de Cazadores de Sombras es impresionante. He leído los cinco primeros y estoy esperando el nuevo. Pero para serte sincera, aún no me he aventurado con estos porque no los he podido conseguir :(
ResponderEliminarMe ha encantado tu reseña. Espero que el libro no me defraude, porque tengo grandes expectativas
Little Red Reading Hood
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