El Diario de los Libros: Rastro, de Maggie Stiefvater

Título: Rastro.

Título original: Linger.

Autor: Maggie Stiefvater.

Editorial: SM.

Precio: 15.95 E.

Isbn: 978-84-675-4364-3

Trilogía Los Lobos de Mercy Falls:

- Temblor.

- Rastro.

- Siempre.

La curación de Sam. La falta de transformaciones de Grace. Los nuevos lobos añadidos por Beck a la manada. El odio del padre de Isabel hacia los lobos... Todos los acontecimientos narrados en Temblor dejan una huella en la vida de sus protagonistas. Ahora, la segunda parte de la saga sigue el rastro de Grace, Sam e Isabel, y el de personajes nuevos tan inesperados e inquietantes como Cole.

PUNTUACIÓN:

Nunca antes había visto tanta polémica y tantos extremos en un libro como en este. Leía cientos de reseñas y sólo encontré dos bloques: los que han adorado Rastro, incluso más que Temblor, y los que han odiado esta segunda parte. Supongo que las palabras sobras y una explicación por mi parte es más que innecesaria, pero por si las dudas... sí, yo soy del grupo al que le ha gustado Rastro, aunque no tanto como Temblor.

Maggie Stiefvater vuelve a sorprendernos con una historia hermosa y dulce, que no sobresale nunca de los límites del empalago, repleta de hombres lobos, algún que otro misterio y escenas preciosas merecedoras del sobretítulo de pequeñas obras maestras. No obstante, si esperas encontrarte con el boom que fue su hermano mayor, tal vez te lleves un ligerísimo chasco, como a mí.

La trama sigue manteniendo como eje central la relación romántica entre Sam y Grace, la cual siempre se veía truncada debido a la verdadera personalidad del muchacho: era un hombre lobo. Y digo era porque ahora ya no lo es, lógicamente. Esta fue una de las cosas que hizo que mis ganas hacía esta precuela disminuyeran: todo es más fácil; Sam no volverá a ser un lobo; Grace y él podrán estar juntos durante todas las estaciones del año, los 365 días del año. Había perdido su gracia inicial. Aun así, Maggie sabe como mantenerte pegado a sus páginas con su pluma exquisita y poética, que dota al libro de una musicalidad increíbles.

El ritmo es bastante bueno, sin perder la constancia en ningún momento. Es adictivo y evita que pierdas el interés hasta que llegas al desenlace. A pesar de que no hay altibajos, es cierto que muy poquitas escenas se hacen algo lentas y flojea un poco la historia. Creo que la mayor parte de estas partes ''aburridas'' se debe a la falta completa de acción. No ocurre nada muy relevante en todo el libro, salvo, como ya he dicho, algún misterio impactante. Es cierto que en Temblor pasaba lo mismo, pero el hecho de que Sam podía convertirse en lobo de un momento a otro te mantenía expectante.

Los capítulos siguen siendo de lo mejor de la novela. Algunos cortitos y otros algo más largos, con unos finales que no hacen más que aumentar tus ganas de terminar su lectura. Además, siguen narrados por Sam y Grace, a los que se unen Isabel y Cole, uno de los nuevos en la manada. En esta ocasión, mis favoritos han sido los de Isabel, mi personaje favorito en Rastro.

Los personajes siguen manteniendo esa fortaleza y vivacidad que tanto los caracterizaba, incluso son más maduros ahora. Sus perfiles bien definidos y sus caracteres perfectamente montados hacen de estos un magnífico cóctel. Aunque no todo son pros. Grace es la que, a mi parecer, menos ha cambiado. Sigue siendo tan dulce, fuerte y decidida como antes, algo que no ocurre con Sam. ¿Dónde está mi adorable niño? Este no es el Sam que me enamoró, es mucho más inseguro, demasiado melancólico, algo más frío y un poco menos romántico. No me gustó mucho. No obstante, Isabel me encantó. Ha cambiado radicalmente, pero sigue sin perder esa soberbia y frialdad que me enamoran. Y Cole me gustó bastante. El toque de oscuridad que da este personaje al libro tiene un resultado genial.

Y por último, el final. Decir que es predecible es quedarse corto, incluso lo es más que el del primer título. Desde el prólogo sabemos como acabará, salvo por el pequeño giro que abre las puertas a un, espero, gran final. Aun así, me gustó.