El rostro de la sombra, de Alfredo Gómez Cerdá

Autor: Alfredo Gómez Cerdá.

Editorial: SM.

Precio: 9.95 E.

ISBN: 978-84-675-4815-0

Libro autoconclusivo.

Una esecena interesante, una anécdota divertida... Ya está todo inventado. Hay que grabar algo que de verdad llame la atención. Algo arriesgado y peligroso. Tan peligroso que nadie puede saber quién lo ha colgado. Adrián y sus amigos tienen una buena idea. Seguro que su vídeo se convierte en el más visto de internet en menos de 24 horas. Pero ¿nadie se ha parado ea pensar en las consecuencias de lo que han hecho?

Son raras las ocasiones en las que, por X o por Y, dejo aparcada toda la parafernalia fantástica para sumergirme en historias de misterios, secretos y realismo. Vamos, dramones en estado puro. Por lo general me suelen gustar bastante, aunque hay casos en los que puedo llegar a aborrecerlos. Sin embargo, El rostro de la sombra, mi primera incursión en la pluma de Alfredo Gómez Cerdá, no se posiciona en ninguno de los dos grupos, porque me ha gustado y no. Así, sin más. Ni lo uno ni lo otro. ¿Pero por qué?

El autor nos lleva por unos derroteros la mar de inusuales en todo el mundo de la literatura juvenil no-paranormal. Esto podría ser un auténtico bombazo o quedarse en la nada. Gracias a Dios ha sido, aunque sigo en mis trece de no posicionarla, más lo primero que lo segundo. La historia, tremendamente corta, es genial como lectura obligatoria de Ética, pues los valores morales y las tremendas reflexiones que su lectura puede ocasionar son enormes. No obstante, y a riesgo de parecer muy superficial, esto, para una tarde aburrida, es demasiado. Y repito: a mí los dramas me encantan, pero con menos chicha filosófica.

La trama es entretenida, y en algunas ocasiones llega a enganchar muchísimo, pero a mí me dejó el regustillo amargo de no haber podido sacarle todo el jugo que merece. Puede que uno de los problemas fuera la pluma de Alfredo, que ha pesar de ser juvenil, fresca y ágil, a mí no me terminó de convencer. O puede, simplemente, que no estaba preparado para enfrentarme a una novela así. Eso sí, la acción es muy continuada, el ritmo casi no decae nunca y la evolución de los hechos muy real, lo que le suma puntos a la obra. Porque me ha gustado, aunque parezca que no.

Los personajes son lo que más me gusto: humanizados al cien por cien, redondos a pesar de las pocas páginas y con los que es fácil sentir emociones, tanto buenas como malas. El trío de amigos que gastan la broma, la familia del protagonista y todo el resto de personajes son geniales. Evolucionan, sienten, sufren y pecan como lo haríamos cualquiera de nosotros.

Y por último, para acabar con esta extraña reseña, os hablaré del final. A priori, una vez terminado el libro, puede resultar desconcertante, incluso hasta el punto de no saber cómo acaba. Sin embargo, si prestas mucha atención a los detalles, te darás cuenta que es un final impactante, sorprendente, inesperado y, porqué no decirlo, perfecto.

Una buena historia para todos aquellos amantes de las reflexiones y los valores morales a raudales en los libros.

-Agradecimientos a SM-