La Trampa de los 18, de Erin Bowman

En Barro Negro sólo hay mujeres. También hombres, pero todos ellos desaparecen la medianoche de su decimoctavo cumpleaños en un acontecimiento denominado el Rapto. Nadie puede escapar del pueblo ni de su destino, pues todos los que se atreven a saltar el Muro regresan muertos. Gray sabe que su hermano Blaine está condenado y no puede hacer nada para evitarlo, pero el descubrimiento de un secreto familiar alterará su vida para siempre y le llevará a buscar respuestas donde sea necesario.

Leer los libros cuando no sabes absolutamente nada de ellos es prácticamente lo mejor que puedes hacer. Yo no conocía nada acerca de La Trampa de los 18 cuando me inicié en su lectura; tan sólo su sinopsis, su autora y que es el comienzo de una trilogía. No había leído ni reseñas que me sugestionaran de antemano ni nada parecido. Y, sin embargo, me llamaba lo suficientemente la atención como para querer leerlo cuanto antes. ¡Y qué bien hice! Pues me he sorprendido muy gratamente al encontrarme ante una lectura adictiva, original, muy bien escrita para ser un debut y de la que se disfruta desde la primera hasta la última página. Y es que la autora no sólo nos regala unas tramas que sorprenden a cada capítulo, sino, además, unos personajes muy bien creados y definidos y un mundo que, aunque complejo, no deja de ser fácil de visualizar y comprender. Por supuesto, que esté narrado desde el punto de vista de un chico es algo que refresca y alegra la lectura de todos (que, ojo, me encantan los personajes femeninos incluso más que los masculinos, pero aburre un poco tanta repetición de esquemas). Vamos, que La Trampa de los 18 entra de lleno en mis mejores libros del año.

El punto más sorprendente de la novela es que posee una historia muy visual y cinematográfica. Es muy sencillo sumergirte a tope entre sus letras y en Barro Negro y ver los escenarios como si fuesen el decorado de una película. No es algo sencillo de lograr por muchos autores, que prefieren incrementar la parte más psicológica de sus libros, y es una cosa por la que Bowman me ha encantado de especial manera. Lees la obra y ves su película casi al mismo tiempo en tu cabeza. También puede deberse a su pluma, muy sencilla y directa, sin escatimar en detalles de verdadera importancia, pero no rellenando con escenas que no conducen a nada. Sí que hay ciertos aspectos más personales que otros, pero, en general, todos tienen un porqué definido que marca el ritmo absorbente de la novela. Pero, claro, no siempre es así, pues hay un par de escenas (al principio y al final) que me parecieron demasiado rápidas y, por lo tanto, algo incoherentes con el resto de la historia. Se comprenden, se disfrutan y se pasan por alto, pero hay están para los ojos más críticos. Puede ser porque es una lectura de acción y misterios al cien por cien y no se necesita darle mayor importancia a algunos hechos. Sea como fuere, Bowman ha conseguido mantenerme en vilo desde la primera palabra, mayormente gracias al trabajo de la magnífica ambientación y buen hacer del mundo que nos presenta.

Los personajes son lo más destacable de La Trampa de los 18. Si por algo sobresalen es por su grandísimas personalidades perfectamente definidas. Todos ellos, incluso el más secundario, se caracterizan por un carácter único, que dota a la novela de mucho carisma y realismo. Hay bastantes, eso sí y al menos yo me liaba de vez en cuando con ellos. Gray, el protagonista, es uno de los mejores personajes que me he encontrado en los últimos tiempos: imprudente, fuerte e inconformista con la realidad que le ha tocado vivir. Es un lujo conocer la historia desde su punto de vista y saber cómo es el funcionamiento de Barro Negro según lo siente él. Destacables son también Blaine, su hermano y antítesis total; Emma, su amiga, con la que comparte todas sus inquietudes; Maude, la líder del pueblo. Todos juegan muy bien su rol para ofrecernos una muy buena lectura que se disfruta en cualquier momento y en cualquier lugar. Así que, si estáis cansado de los mismos libros de siempre, os recomiendo encarecidamente La Trampa de los 18, una de las distopías más adictivas que he leído nunca.

5/5

*Agradecimientos a Montena por el ejemplar*