viernes, 28 de marzo de 2014

Las comillas y su acentuación: ese gran misterio

Es cierto que, por norma general, suelo ser demasiado exigente con la ortografía de todo aquello cuanto me rodea. Y no me avergüenza admitirlo, porque cuando se trata del arte de comunicarnos por escrito, considero que hay que hacerlo siempre con la mayor propiedad posible.

No me malinterpretéis, que no siempre soy así. Permito el lenguaje vulgar, la falta de tildes, la ausencia de signos de puntuación y demás cuando me muevo por el mundo de las redes sociales (aunque Twitter se me antoja demasiado serio como para andarnos cometiendo cuatro faltas en una frase de dos palabras). 

Sin embargo, cuando hablamos de libros, soy lo más nazi que puede existir. Y últimamente admito que lo soy en mayor medida, pero no es para menos. En mi vida (y eso es decir mucho) he leído una sola historia perfectamente corregida, sin una sola tilde mal puesta, sin una coma donde debería haber un punto o nada. Y eso es algo triste. Muy triste. Tristísimo, diría yo, que el noble oficio de corrector esté tan de capa caída últimamente.

Seguro que no soy el único, ¿verdad? ¿Cuántos de vosotros ha leído recientemente una novela impecable a nivel ortográfico? Si hay alguien tras la pantalla que pueda alzar la mano, ¡bendita suerte que tienes!

Pero bien, hoy no he venido a obtener respuestas, sino a aclarar un asusto que últimamente me da más de un dolor de cabeza: ¿dónde se colocan los puntos cuando estamos ante una frase con comillas?

Pues bien, la respuesta es sencilla: el punto va siempre DESPUÉS de las comillas de cierre. Y no hay más, porque así lo especifica claramente la RAE en su última ortografía de 2010.

No voy a meterme en el terrero de qué comillas deberíamos utilizar más (recordad que hay tres tipos: << >>, que son las latinas; " ", las inglesas y ' ', que son las simples), solo que se os meta de una vez por todas en la cabeza, sobre todo a nuestras queridas editoriales y a sus correctores de turno, que hay que respetar una serie de normas, nos guste o no. 

El punto ha de ir siempre, siempre detrás de las comillas de cierre, como por ejemplo en:

<<No haré lo que me pides>>. 

Esa es la forma correcta de utilizar el signo de puntuación y no cualquier otra. Sé que en la era de la globalización y del inglés como la lengua líder de todo el mundo nos cueste, en ocasiones, diferenciar algunos aspectos mínimos de una gramática a otra, pero hay que hacer el esfuerzo, chicos. Que en el idioma de Shakespeare se ponga el punto antes de las últimas comillas no quiere decir que en todos lados sea del mismo modo. 

Sin embargo, hay otra norma que complementa a esta: cuando la frase entrecomillada es la única que compone la oración, la coma y el punto y coma van dentro de las comillas, salvo cuando se trata de un punto. Entonces, siempre va tras las comillas de cierre. 

Y eso esto lo que quería deciros hoy. Otro día, si me lo permitís, hablaré de otros puntos que considero importantes o sorprendentes, para que entre todos aprendamos (yo incluido, que en ningún momento pretendo aparentar ser superior a nadie) a escribir mejor.

Y recordad que, ante cualquier duda, tenéis a vuestra disposición un amplio abanico de herramientas que os pueden resultar muy útiles, como la web de la RAE o el Diccionario Panhispánico de Dudas. ¡Qué no todo lo que dicen es malo, de verdad!

4 comentarios:

  1. Muy interesante tu entrada, me ha gustado ^^.

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  2. Tú no sabes lo que me cuesta a mi hacer uso de esto, especialmente porque estoy estudiando idiomas y en inglés, español, alemán y portugués es distintooo!! es realmente un dolor de cabeza recordarlo :(
    Besos, me encantó tu artículo :D

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    1. Wow, me encanta que estés estudiando tantas lenguas distintas y sé que te debe resultar muy complicado. ¡Pero ánimo! Todo se acaba aprendiendo :)

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