Mostrando entradas con la etiqueta Rocío Carmona. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rocío Carmona. Mostrar todas las entradas

miércoles, 3 de julio de 2013

EL CORAZÓN DE HANNAH, de Rocío Carmona

La vida de Hannah, una joven amish de Pensilvania, no podía ser más ordinaria dentro de la exigente e inflexible comunidad religiosa en la que vive. Nadie más allá de sus tierras tiene derecho a hospedarse allí, pero, sin embargo, todo cambia cuando el reverendo permite la entrada a un joven reportero llamado Daniel. Ambos muchachos se enamoran perdidamente nada más verse y el mundo tal y como Hannah lo conocía da un giro radical de 180 grados. ¿Pero hasta dónde está dispuesta a llegar ella por amor?



Admito que yo he tenido mucha parte de culpa a la hora de que este libro no me gustase, pues Carmona me dejó tan enamorado con La Gramática del Amor que mis expectativas estaban por las nubes con su segunda novela. 

Tal vez habiéndola leído en otra ocasión me hubiese resultando, cuanto menos, decente; o quizá peca tantísimo de tópicos que es imposible que guste si eres algo exigente con las lecturas. Sea como sea, voy a intentar ser lo más preciso posible en esta reseña para que queden claras mis, por desgracia, negativas impresiones (con todo mi respeto, lógicamente).

Quisiera empezar lanzando una pregunta al aire, por si alguno de vosotros supiese respondérmela: ¿dónde se metió la pluma exquisita de la autora en esta ocasión? No sé si es que leí su debut hace mucho tiempo y no recuerdo bien cómo se expresaba la escritora o es que ya perdió esa magia tan suya que me encandiló en mi primera toma de contacto con sus letras. A cada página leída tenía la extraña sensación de estar adentrándome en una historia escrita por una fangirl obsesionada con el amor a primera vista y prohibido, repleta de una cantidad terrible de escenas puramente de relleno que me dificultaban la lectura hasta límites insospechados. 

No os miento cuando os digo que con El Corazón de Hannah he hecho lo que nunca antes: saltarme párrafos (¡e incluso capítulos enteros!) para poder avanzar en la historia y llegar al esperado punto y final, porque todo se me hacía como una cuesta arriba interminable. El ritmo trepidante al que me acostumbró con La Gramática se perdió completamente, dejándome ''en compensación'' una atmósfera pesada y repetitiva que no acababa nunca de mejorar. Es cierto que, mientras lees, sientes ese algo en tu interior que te hace seguir un poquito más (de vez en cuando te topas con algunas sorpresita), pero son tan escasas las ocasiones en las que eso ocurre que es un detalle que no puede salvar la cantidad de puntos negativos que tiene la novela.

Una frase que creo que podría resumir perfectamente mi opinión sería esta: este libro se lee con una ceja alzada. ¿Por qué? Porque tanto las actitudes de la mayoría de los personajes, como el amor y las acciones que se van desarrollando merecen una buena reprimenda, empezando con que la parte romántica es totalmente irreal y empalagosa. ¡Ojo, spoiler! Si bien el tercero en discordia (como no, hay que meter un triángulo amoroso sí o sí) tarda más de la mitad de la novela en aparecer (y, por lo que podréis deducir, ese amor es aún más surrealista si cabe) ¡fin del spoiler!, lo que concierne a la relación Hannah-Daniel es un WTF? constante. Se enamoran en las cinco primeras páginas (os lo juro). Ahí lo dejo. No digo más. Después, tampoco lograba tragarme cómo, misteriosamente y debido a una fuerza invisible y divina, las cosas le salen genial a Hannah en Nueva York. Sí, es cierto que se topa con un montón de problemas, pero ni uno de ellos tarda en resolverse del todo más de dos capítulos y eso es algo que no me terminaba de encajar. Podría haber tenido mucha más acción, pero Carmona prefirió dejarlo todo en pequeñas lecciones de vida para la protagonista, que, a mi parecer, nunca lograba aprender nada (no me digáis que esto es spoiler, que ya la sinopsis revela que la buena muchacha se larga a la Gran Manzana en busca de su amorcito).

Ahora, pasando al tema de los personajes, y para ir finiquitando la reseña, os diré que no he logrado conectar con ninguno de ellos. Aunque las personalidades están bien desarrolladas, las actitudes de absolutamente todos están muy fuera de lugar en más de una ocasión, comenzando por Hannah, que tan pronto era una chica amish sin ningún conocimiento de la vida moderna y absolutamente religiosa como que era una adolescente neoyorquina más (vale, me refiero al tema del sexo y del amor, algo que no debería ver del todo bien ella si está tan educada en los valores cristianos más profundos). Después está Daniel, que... Arg, ni siquiera me molestaré en hablar de él. Lo odié y punto. Los únicos que me parecieron más coherentes respecto a sus formas de vida fueron los habitantes de la comunidad amish, porque son los que actúan como deberían hacerlo, no al contrario. ¡Otro spoiler! Ahora, quien se lleva el premio a de la absurdez máxima es Stephanie (¿se llama así?), que siendo la típica niña rica y exitosa se toma perfectísimamente que su prometido (Daniel, porque el chaval no pierde el tiempo) la plante antes de la boda por otra. Eh, y sin consecuencias ni nada. Todo muy normal en la sociedad estadounidense más pudiente ¡fin del spoiler!

Creo que aquí pongo fin a mi crítica. Puede que a muchos no les agraden para nada mis palabras, pero ya sabéis el dicho: para gustos, los colores. Yo, por mi parte, me plantearé seriamente hacer las paces con Carmona la próxima vez, aunque, viendo lo visto, supongo que será de las autoras que siempre nos dan una de cal y otra de arena.

2/5


*Agradecimientos a La Galera por el ejemplar*.

jueves, 27 de octubre de 2011

Entrevista a Rocío Carmona

Desde hace mucho tiempo tenía concertada esta entrevista con la genial Rocío Carmona, autora de una de las novelas más bonitas que he leído este año: La Gramática del Amor. Después de semanas, entre estudios y demás absorvedores de vida, y gracias a la ayuda de Nereida, por fin podéis leer esta maravillosa entrevista.
Disfrutadla y recordad que el amor es un infierno donde merece la pena pasar la eternidad.

LA AUTORA


Rocío Carmona (Barcelona, 1974) es licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Más tarde cursó un máster en Dirección de Marketing y Publicidad. Su carrera profesional siempre ha estado vinculada al mundo de las letras, ya que también trabaja como directora editorial de Urano y Tendencias.  Además, es vocalista del grupo Nikosia.
La gramática del Amor es su primera novela.

LA ENTREVISTA

Antes de nada, Rocío, quisiéramos agradecerte que gastes unos minutos de tu tiempo en nosotros y, por supuesto, darte la bienvenida al Diario de los Libros, que espero se convierta en tu nuevo hogar virtual. 

Muchas gracias a vosotros por vuestra cálida acogida.

Conocemos un poco sobre ti y tu carrera profesional, tanto como vocalista de Nikosia, como por escritora novel. Sin embargo, no sabemos nada sobre la Rocío que eres en tu día a día. ¿Qué nos puedes contar de ella? 

Mi día a día es como el de cualquier persona de mi edad. Madrugo, trabajo, intento hacer un poco de ejercicio, ver más a mis amigos, trato de comer menos chocolate… El mejor momento del día es cuando llego a casa después de comer y me recibe mi hija con una sonrisa y un abrazo. Puede sonar a tópico pero Emma me robó el corazón desde que nació. Me maravillo cada día con las cosas que me enseña, y las que me quedan por aprender. Es mi persona favorita en este mundo. 

¿Cuáles son tus aficiones además de escribir y cantar? 

Me gusta mucho correr, como a la protagonista de La gramática del amor. También me gusta el Pilates. Y cuando tengo mucho, mucho tiempo, me relajo cocinando platos sofisticados. 

De todo lo que has hecho hasta ahora en tu vida musical y literaria, ¿qué es lo que más has disfrutado? 

En el terreno musical me lo he pasado bomba preparando y grabando nuestro nuevo tema, Quantic Love. Ha sido como un soplo de aire fresco en nuestra trayectoria y me gusta mucho cómo ha quedado. En cuanto a la literatura, he disfrutado mucho escribiendo, pero lo que más satisfacciones me da es el contacto directo con los lectores. Es conmovedor, enriquecedor, divertido… 

Dicen que todos los escritores tienen sus musas, así que ¿cuáles son las tuyas? 

A mí me inspira la buena música. Además, reconozco que escribo mejor cuando paso por un mal momento. Cuando soy feliz me cuesta más encontrar la inspiración y tiendo a perderme en mis ensueños. 

¿Podrías decirnos a qué escritores tienes como modelo a seguir, cuáles son los que influyeron en tu obra? 

Me gusta mucho Murakami, John Irving, Julian Barnes, Almudena Grandes, Carmen Martín Gaite… Pero no soy tan ilusa como para aspirar a escribir como ellos. Me conformo con leerlos, disfrutarlos y admirarlos. 

¿Cuándo nació tu afición por la música? ¿Desde cuándo cantas? ¿Y cómo llevas la vida de escritora, editora y cantante? 

Canto desde que era una niña. Estudié en un colegio religioso donde nos pasábamos la vida cantando –todavía recuerdo la mayoría de aquellos de aquellos himnos-. Cantábamos para aprender catalán, cantábamos en misa, cantábamos en las reflexiones de la mañana, cantábamos para celebrar las distintas fiestas y cambios de estaciones. Ya durante mi adolescencia, cantaba y tocaba la guitarra en los recreos y entre clase y clase: nos sabíamos todas las canciones de Duncan Dhu, Hombres G, Georges Michael ^-^ En mi casa siempre hubo música. Mi padre cantaba y tocaba la guitarra y mi madre tiene una voz extraordinaria. Parece que a los dos les venía de familia, hay muchos músicos entre nosotros. 

Cuando estaba en sexto curso la profesora de música inició un coro y no dudé en unirme a él. Desde entonces canté en otras corales y participé en algún concurso de cantautores. Poco antes de la universidad un productor me ofreció la posibilidad de grabar una maqueta, pero siempre he sido muy tímida y no me atreví. 

¿Cómo empezaron tus andaduras con el grupo Nikosia? 

Mi amigo, el escritor Francesc Miralles, tenía una banda llamada Hotel Guru. Yo iba a todos sus conciertos y me parecía que tenían mucho talento, Francesc componía unos temas espectaculares. Nunca le había contado a Francesc que me gustaba cantar, hasta que un buen día me atreví. Él siempre recuerda que me preguntó: «¿Y tu voz cómo suena? ». Parece que yo le dije que cantaba igual que hablaba ^-^ 

Un día, en casa de otro amigo, se puso delante del piano y me pidió que cantara uno de sus temas. Le gustó cómo sonaba mi voz y me pidió que me estrenara cantando un tema en uno de los conciertos de Hotel Guru. Recuerdo que canté If You Want Me, de la banda sonora de la película Once. Lo pasé tan mal que cuando terminé volví a mi asiento sin dar las gracias por los aplausos ni saludar al público! Pero me gustan los retos y ahí empezó a picarme el gusanillo. Al cabo de poco tiempo Francesc me explicó que quería fundar una nueva banda y empezamos a colaborar. 

¿Qué es lo que te llevó a escribir La Gramática del Amor y cuáles son sus fuentes? 

La escribí porque quería leer un libro que hablara de los libros que me gusta leer y también porque me interesaba explorar el territorio donde suceden los primeros amores. Es un tema al que le he dado muchas vueltas. 

Si hay algo que se aprecia muy bien en tu novela es el humanismo que tienen todos los personajes. ¿Te inspiraste en personas reales para crearlos? 

Hay rasgos de personas que he conocido en algunos de ellos pero son 100% literarios e imaginarios. 

Otro de los puntos clave y más originales de tus novelas son las grandísimas referencias literarias que haces. ¿Cómo se te ocurrió incluirlas en una novela? 

Fueron el punto de partida, la estructura que lo sostenía todo. De hecho la idea de escribir la novela nació a partir de la certeza de que quería hablar de ciertos libros que me habían marcado. 

¿Reflejas algo de tu vida en tu novela? 

No es una novela autobiográfica pero sí hay algo de mí en Irene, en su carácter introvertido y sus contradicciones. Me imagino que como yo, muchos otros jóvenes se pueden identificar con esos procesos. 

¿Cómo fue el proceso desde que empezaste a buscar editorial hasta que lo tuviste entre tus manos? 

Tuve mucha suerte porque topé a la primera con la editora más entusiasta del mundo: Iolanda Batallé, en La Galera. En realidad no tuve que buscar editorial, ella me encontró. Leyó 30 páginas del manuscrito y al día siguiente recibí una llamada que me dejó temblando: no sólo le gustaba sino que quería publicarlo. 

Sabemos que en octubre de 2012 publicarás tu segunda novela. ¿Qué nos puedes contar de ella? ¿Tienes más proyectos en mente? 

Poca cosa, porque aún falta mucho para que se publique y no puedo estropear la sorpresa. Pero puedo adelantar que es una historia de amor y de iniciación con un escenario que probablemente nadie se espera. Y que la música y la literatura también tienen un papel destacado en la historia. 

¿Cómo ves la literatura actual, tanto en el panorama juvenil como adulto? 

Soy optimista. Veo grandes autores y buenísimas historias, sobre todo en el ámbito de la LIJ. No hay semana que no descubra alguna novedad interesante, por más que los editores tendamos a repetir fórmulas. 

Si un día te encontrases la lámpara del genio mágico, ¿qué tres deseos le pedirías? 

Cuando era pequeña lo tenía más claro que ahora: quería ser invisible, poder comer tantos dulces como quisiera y quedarme encerrada en El Corte Inglés una noche entera ^-^ Ahora le pediría al genio mucha salud y más tiempo. Días de 36 horas y bienestar físico y mental para durar muchos, muchos años y disfrutarlos con los míos y para poder hacer todo lo que tengo pendiente en la vida. 

Muchísimas gracias otra vez, Rocío. Te deseamos toda la suerte del mundo y que nos sigas encantado con tu voz y tu prosa durante muchos años más. ¡Y esperamos volver a verte por aquí! 

Gracias a vosotros, ¡ha sido un placer!

jueves, 11 de agosto de 2011

La Gramática del Amor, de Rocío Carmona

Autor: Rocío Carmona.
Editorial: La Galera.
Precio: 17.95 E.
ISBN: 978-84-246-3670-8
Libro autoconclusivo.

Tras el divorcio de sus padres, Irene es enviada a un internado del sur de Inglaterra, al borde de un acantilado. Allí vivirá con gran dolor su primer desengaño amoroso, a la vez que ganará un inesperado mentor: Peter Hugues, el profesor más estricto de la escuela, que se ofrece a enseñarle la «gramática del amor» a través de siete grandes novelas del género, desde Goethe y Jane Austen hasta García Márquez y Murakami. Irene se irá enamorando poco a poco de su profesor, mientras otro pretendiente misterioso aspira secretamente a su corazón. 


«El amor es un infierno donde te quedarías a pasar la eternidad». Con esta preciosa frase Rocío Carmona nos introduce en libro donde los sentimientos a flor de piel, las carnes de gallina y los gemidos románticos están más que asegurados. ¿Quién que posea un espíritu soñador podría resistirse a esto? Yo no fui capaz, hasta que llegué a la última página. Porque si pudiese darle un simple adjetivo a esta magnífica historia, sería, sencillamente, absorbente.

Conocí a la autora en la Feria del Libro de Madrid de este año, por lo tanto, tengo la novela firmada y dedicada. Lo que no podía imaginar es que, tras esa tinta roja de Rocío, me encontraría con una trama dulce, tierna y altamente romántica, pero ojo, sin rozar nunca los límites del empalago.  En sí, podríamos decir que es una obra para recordar de principio a fin, que te dejará una huella enorme en el corazón y en el alma, imposible de borrar por muchas lecturas en las que te sumerjas a lo largo de los años. Rocío nos ofrece magia y delicadeza en cada página, exquisitamente decorada, que sentará como un soplo de aire fresco en la literatura romántica juvenil.

La historia, como bien he dicho, es adictiva, ofreciéndonos un amor imposible de dejar que asombra por su desarrollo paulatino y realista. Con esto quiero decir que si esperas la típica novela donde los protagonistas se enamoran nada más verse, mejor puedes dejarla en su sitio y coger otra. Aquí el romance ocurre de manera natural, mística y constante. Es un punto muy al favor de Carmona. Pero claro, como siempre digo, sin una buena pluma no se consigue trasmitir nada por mucho que se quiera, pero es que la autora escribe igual que canta -es vocalista del grupo Nikosia. Oro para los oídos, por cierto-: como un auténtico ángel. Frases hermosas, narración fluida y sencilla y recursos bien utilizados.Esto dota al libro de un ritmo vertiginoso y una acción constante. Os lo digo yo, que me lo leí en tres días y yo, os aseguro, soy muy lento.

Los capítulos son soberbios. Sus títulos captan enseguida la atención del lector, obligándole a sumergirse en sus letras. Con finales de infarto que incitan a continuar la lectura y situación realistas y sin tabúes, como el sexo, narrado de una manera natural y efectiva.

Los personajes son un auténtico lujo. Muy bien caracterizados, con personalidades complejas y creíbles y actitudes sinceras que lo dotan de gran humanidad. Sientes como a medida que avanzas, se van convirtiendo poco a poco en parte de ti: en tu propia familia de papel. Irene, la protagonista y narradora de la historia, me enamoró. Por fin encuentro en una historia de amor -a excepción de Cassia y Grace- una protagonista que me gusta. Marcelo me gustó mucho: su carisma, su forma de vivir la vida, sus sentimientos. Peter es un amor de persona, el profesor que todos deseamos tener. Martha, a pesar de su personalidad alocada y radical, me encantó, con sus pros y sus contras.

Y por último, el final. Sencillamente perfecto, bien hilado, lógico, acertado y magnífico. Un desenlace con el que se te soltará más de una lagrimita de felicidad.

Una historia de amor que traspasa las barreras de la autenticidad y nos deja una huella imborrable en nuestro corazón.

LO MEJOR: en sí, toda la novela y su ritmo adictivo.
LO PEOR: que desvele algunos finales de clásicos de la literatura.

MI PUNTUACIÓN


-Agradecimientos a La Galera-